Hablamos de cacharrismo y del futuro de la humanidad con Rafa de Bofarull

Rafa de Bofarull se considera «programador y cacharrista y un poco jefe». De todo eso ejerce, a su manera, en El taller diminuto, donde desarrollan proyectos con dispositivos conectados a internet para dar forma a grandes ideas. Pero, sobre todo, es padre (sospechamos que ésta es la parte más divertida).

Arnauti - Rafa de Bofarull

A veces, recorre los kilómetros que separan Barcelona y Madrid y se viene a La Nave. Entonces, casi como un mago, despliega toda clase de cacharros con chips que hacen ruiditos y encienden lucecitas.

Primero, asombró a los estudiantes del Gran Curso. Y, hace unos días, se trajo a sus seres diminutos y con su ayuda montamos un segundo taller de cacharrismo en familia (recuerda: el primero lo organizamos con Gamestar(t)).

Grandes y pequeños estuvimos cacharreando un sábado entero, toqueteando con cajas de madera, con cables, leds, chips y bombillitas. Era muy difícil distinguir a los niños de los adultos.

Arnauti en La Nave

Aunque le pillamos un poco a traición, ha sido tan amable de contestar unas preguntillas. Avisamos: hay un poco de autoflagelación de diseñador. Menos mal que Arnauti, como se lo conoce ahí fuera, enseguida nos sube los humos otra vez.

La primera a quemarropa: ¿sirve para algo un diseñador?
¡Sirve para todo! Es el papel más importante en el universo. Todo aquel que le pone intención a lo que hace es diseñador. Otra cosa es cuando alguien se autoproclama diseñador, y abusa del cargo, o que no es consciente del poder que posee, y lo usa sin responsabilidad.

En caso de que sí (aunque sea un poco), ¿cómo enfrentas una clase ante un grupo de diseñadores en La Nave? ¿Qué quieres que aprendan sobre cacharrismos?
En realidad no quiero nada, es más bien una misión particular de La Nave Nodriza. Lo que me gustaría que aprendieran los diseñadores de la nave es a pensar *también* en cacharros cuando imaginen cosas nuevas.

Sabemos que en casa tienes a los charrareros más exigentes, ¿qué has aprendido de cacharrismo gracias a ellos? ¿Ves diferencias entre cómo se acercan un niño y un adulto a la tecnología?
La primera aproximación es igual de inocente en ambos casos. A los niños les dura más, y dan más cosas por sentadas porque han nacido con ellas: un móvil para poder interactuar con un tercer dispositivo, vivir con naturalidad el concepto de «embeber» cacharros inteligentes en cualquier sitio, dar por sentado que cualquier objeto puede ser inteligente, no verle limitaciones a tamaño, potencia de proceso, o autonomía… El adulto se cansa, se decepciona antes ante la tecnología, le da menos oportunidades y tiene menos esperanzas puestas en ella.

¿Cuál es tu visión del cacharrismo a medio plazo. ¿Nos convertiremos en otra cosa, híbridos, el siguiente paso de la evolución, Matrix? ¿Tendrá que buscar Wall-e un lápiz en su próxima aventura?
Creo que tendremos más cachivaches alrededor. Los cachivaches son cacharros que se dejan ver, que son bonitos y se hacen para ser mostrados, para no pasar desapercibidos. Y habrá cacharros que serán invisibles, y a medio plazo se imprimirán o se pegarán en el cuerpo o en los muebles, o se tirarán en los campos o repartirán por la calle, de baratos que van a ser. Y se democratizarán los inventos y veremos una cantidad enorme de cosas absurdas pero muy divertidas!

Se nos ha hecho corta la entrevista así que te dejamos con un vídeo en el que Rafa de Bofarull cuenta en el 04×10 su manera de entender el diseño y la tecnología… Vamos, la vida.

*Las fotografias son cortesía de Ale Muñoz.